MEDITACIONES
LUNARES
Las
Meditaciones Lunares
son aquellas que se realizan de noche y en silencio, repitiendo
mentalmente la pregunta: ¿Quién Soy Yo? ,colocándonos en una
actitud receptiva. Esta práctica nos llevará a un estado de
silencio interior en donde seremos capaces de escucharnos y escuchar.
La correcta realización del ejercicio tienden a dar quietud al ser,
a la vez que abre la mente al conocimiento de las verdades profundas,
sensibilizándonos grandemente. Las meditaciones crean condiciones
adecuadas para un encuentro interno con nuestro «Real Ser»; así
como para alcanzar el equilibrio y madurez espiritual, siempre y
cuando creamos en lo que hacemos y lo hagamos por amor.
La
práctica continua y constante permitirá que recepcionemos nuestro
Nombre Cósmico, que surgirá como una respuesta interior. Una vez
que lo conozcamos, dejaremos de repetir la pregunta ¿Quién Soy Yo?
,y repetiremos nuestra clave personal, que actuará como el «
password» de computadora, que nos permitirá acceder a los archivos
de información más secretos e importantes de ésta y otras vidas,
así como activará nuestras potencialidades psíquicas. Para
verificar si nuestro nombre cósmico es el correcto existen algunas
prácticas de visualización como el ejercicio de «El Libro», que
lo que buscan es ayudarnos a que logremos una identificación con él
. Pero es importante aclarar que para quienes sin merecimiento o
conciencia buscan las iniciaciones, es bueno recordarles que lo que
nos cuesta o demora en ser recepcionado, será más valorado, siendo
muchas veces nuestra ansiedad lo que más dificulta su captación.
MEDITACIONES
SOLARES
Las
meditaciones solares son aquellas prácticas que hacemos por las
mañanas y al mediodía, repitiendo verbalmente una palabra clave o
llave, cuya vibración nos ayuda a romper los cascarones astrales
que encierran nuestra alma y espíritu, permitiéndonos también una
mejor preparación para el encuentro y acercamiento con nuestros
hermanos mayores. Estas meditaciones actúan como el «Ábrete
Sésamo» , abriéndonos el camino hacia nuestro interior,
agudizando nuestros sentidos astrales (percepción extrasensorial)
orientándonos hacia el servicio, como seres solares que deberemos
ser, irradiando a los demás.
Es
bueno recordar que no importa tanto el tiempo, duración, forma o
estilo de meditar o de meditación. Lo único realmente importante
es la actitud al meditar, que es lo que nos servirá realmente para
alcanzar la interiorización . La meditación es la relajación de la
mente; es estar a solas, y en silencio con uno mismo. Y nuestra vida
puede ser una permanente actitud de meditación.
Los
nombres cósmicos vibran en armonía con la clave de la palabra
Rahma, representando cada terminación, una labor al interior de la
misión; pero sobre todo ahora, que se afinan los mecanismos de
reencuentro de todos los preparados para el cumplimiento de los
objetivos del contacto . Seremos como un puente de cuerdas con nudos
cósmicos bien atados pero elásticos, perfectamente unidos por el
artesano, como cadenas de eslabones del pasado con el futuro, que
congreguen a toda la humanidad para el ascenso final de la escala de
evolución.
Finalmente,
diremos que el objetivo de la disciplina en las meditaciones es la
de fortalecer nuestra voluntad, para así crear las condiciones para
la recepción de las iniciaciones; por lo que deberíamos hacer de la
meditación un hábito. Si de pequeños se nos enseña a respetar
los horarios en nuestras comidas, también la en la fase de
aprendizaje se nos debe habituar a ingerir el alimento espiritual.
Cada meditación es un alimento de respiración, relajación y
sosiego interno; por ello, así como no nos olvidamos de ingerir
nuestros alimentos, así tampoco deberíamos olvidarnos de meditar.
Llegar
a hacer de la meditación un hábito nos facultará en el futuro a
hacerlo cuando sepamos y sintamos la necesidad de ello, no para que
seamos esclavos de una disciplina, sino para que disfrutemos con
ella sus beneficios, enriqueciéndonos y logrando la salud
integral: física, mental y espiritual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario