Comunicación: 17-08-05
Lugar: Paititi (campamento Pantiacolla III)
Antena: Tell-Elam
Sí somos vuestros hermanos guías en Misión.
Estáis coronando con éxito una aventura espiritual y material que ha templado vuestra naturaleza humana, probando vuestra constancia y continuidad. Ahora os pedimos que estén atentos. Alas 11 a.m. trabajarán entre las dos piedras que marcan la entrada al recinto del “Corazón del corazón”. Sí, ese es el nombre que la Hermandad
Blanca y la Confederación de Mundos, así como todos los planetas que han intervenido en el Plan Cósmico le hemos dado al Gran Disco de oro alquímico de Paititi, porque funciona como un corazón expandiéndose y contrayéndose según la vibración, y también actúa como un lente y a la vez como un espejo dimensional. En
algunos momentos refracta y en otros refleja. En él están grabados muchos pequeños corazones con rostros que representan emociones diversas. Alrededor de su centro estuvieron alguna vez adosados los doce discos menores, hoy esparcidos por el mundo.
Ya se habrán dado cuenta de la similitud de ciertos elementos como las dos grandes piedras de la cascada y los símbolos de la ruta con los que hallaron hace unos años en vuestra expedición al Río Plátano en la Mosquitia (Walpulbansirpi, Honduras), camino a la Ciudad Blanca. Esto no es casualidad.
En cada lugar donde hay un disco hay detalles o elementos similares a los que han encontrado en éste camino, por ello estén atentos a estos elementos.
Ahora ya conocen que el corazón del corazón debe latir fuerte para lograr la resonancia con todo y con todos. La activación conciente del gran disco facilitará el alineamiento general de los demás discos en todo el mundo, tanto del que esta en el Gobi, como el de Egipto, el de España, el de Inglaterra, el de Cambodia y el resto
que se encuentran en toda América, incluyendo el Caribe.
Sabrán con seguridad donde esta cada disco y el lugar real cuando vean repetirse los elementos simbólicos que encontraron en la ruta.
Prepárense ahora para cruzar el tercer cañón, que es el más peligroso, el de vuestro interior y enfrentar con conocimiento de causa todo lo que han descubierto y vislumbrado de ustedes mismos, y que requiere un cambio profundo, para que entonces puedan llevar con ustedes y sobre ustedes los conocimientos del Plan que les
removerá hasta los cimientos.
Ahora vayan a las once entre las dos grandes piedras que marcan el portal, allí abrirán y entrarán a otra realidad.
Con amor Sampiac.
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