“…Esa es nuestra misión, esa es nuestra meta. Brillar con luz propia; es decir ser distinto; esto implica mucho trabajo interior, brillar significa buscar el momento indicado para expresar emociones y sentimientos aprendiendo a escuchar, siendo paciente y solidario, brillar significa no obligar a nadie que piense igual, sino antes tratar de asimilar lo que piensa cada hermano.Brillar con luz propia todos aquellos seres comunes, humildes, honestos y sencillos, que no conocen la envidia ni la vanidad, ven las luces de todos sin pensar que la suya es la mejor, intentando ser mejor cada día con un aprendizaje puro y simple; lidian con la hipócrita superioridad de aquellos seres que tienen el ego a flor de piel y no son capaces de evitarlos porque sienten que estos también tienen derecho a existir y a estar, no emulan talentos ajenos, ni tampoco creen tener grandes dones, pues todo fluye en él y abraza efusivamente a todos sin discriminar ni distinguir a nadie, a diferencia de aquellos que sólo saludan a sus amigos ignorando al resto con disimulo…” Fragmento extraído del Libro: “PAITITI CORAZÓN DEL CORAZÓN” de Francisco Sosa Mandujano
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Me encanta esta reflexión, que verdad es esta. Tratar a todos por igual sin distinción. A veces pienso que si los seres humanos lográramos tratar a todos con el amor que nace de una Madre o de un Padre, como si todos fueran nuestros propios hijos, accionaríamos con todos, como Jesús quiere que lo hagamos, o sea cada vez que vayamos a accionar hacerlo como lo haríamos con nuestros propios hijos biológicos. Somos todos hijos de Dios chispas divinas de Él y todos tenemos en nuestro interior su más purísimo amor el cual tarde o temprano estamos todos destinados a despertar
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