VIAJE ASTRAL
“Vivimos
en un universo sin límites,
el
único límite es nuestra ignorancia”.
El
ser humano tiene además de su cuerpo físico, seis otros vehículos
aunque sutiles. Uno de ellos es el cuerpo astral, vehículo de las
emociones y los deseos, unido al cuerpo físico a través de un
cordón umbilical de energía que se conoce como el “Cordón de
Plata”, y que se quiebra cuando uno muere. Precisamente en la
Biblia haciendo referencia a la muerte dice:
“...Antes
que se rompa el cordón de plata”.
(Eclesiastés 12,6)
Durante
el sueño siempre nos desdoblamos, desprendiéndonos del cuerpo
físico y viviendo experiencias en la dimensión del astral. Todos
los sueños son viajes astrales, pero no todos los viajes astrales
son sueños. Uno puede desdoblarse sin estar durmiendo, para lo cual
bastará con una relajación profunda.
Si
estamos en buenas condiciones de salud la experiencia astral
conciente no trae ninguna dificultad. Y para ésta práctica se
recomienda que estemos con el estómago libre de procesos de
digestión, por ello es aconsejable realizar el ejercicio antes de
ingerir alimentos o por lo menos dos horas después de haberlo hecho.
El
viaje astral como decíamos es algo que naturalmente y de manera
espontánea realizamos todas las noches durante el sueño. El
esfuerzo que debemos desplegar en éste sentido, es estar
completamente conscientes, y efectuarlo después de nuestras
meditaciones, con el ejercicio de nuestra voluntad que debe haberse
visto fortalecida por la disciplina interior, que venimos asimilando
de prácticas anteriores (respiración, protección,
relajación,concentración y meditación). Todo proceso de
crecimiento interior apunta hacia el afloramiento natural de
capacidades que son parte de nuestra naturaleza, y que nos permitirán
ampliar nuestra capacidad de amor en el servicio, porque
descubriremos que vivimos en un universo sin límites, y que el único
límite es nuestra ignorancia y nuestros miedos, a los que muchas
veces nos aferramos.
El viaje astral es ingresar en otra realidad , una
realidad interna y manifestación de otro plano de experiencias, que
están reservadas para el ser humano.
Recordemos
que antes de nacer, estamos en el mundo astral, durante el sueño
volvemos al astral y al fallecer regresamos allí; tendríamos que
pensar entonces ¿cuál de los planos de existencia es más real? ¿En
cuál pasamos más tiempo ,en el astral o en el físico? Como la
respuesta es evidente, tenerlos entonces que reflexionar por qué
solemos olvidar aquel otro plano de vida que resulta más real que el
físico. Y es que el recordar los sueños es señal de madurez, y
parte del proceso de expansión de conciencia. Así como por las
mañanas nos despertamos, y luego nos levantamos de la cama,
igualmente se requiere que despertemos conciencia a todo el universo
de posibilidades que nos rodea. Debemos reaccionar y abrir los ojos
a una realidad que, porque no la terminamos de percibimos aun, no
deja de existir, de manifestarse y de actuar influyendo nuestro mundo
material.
Antes
de iniciar la aventura del viaje astral consciente deberemos superar
todos los temores. Nada malo puede pasar que nosotros no lo
permitamos. El miedo es la puerta por la que llegan todas las
acechanzas y peligros. Y ese temor viene del hecho que el viaje
astral consciente reproduce los síntomas de la muerte, de tal manera
que las mismas sensaciones que percibimos cuando nos morimos se
repiten cuando uno se desdobla conscientemente, entre ellas dejar de
sentir el cuerpo y abandonarlo. Y esto es porque durante el sueño
uno deja de ser la persona que cree que es para pasar a ser la
persona que realmente es.
Si
uno sabe que está protegido (recordemos la existencia de nuestra
Aura), protegido esta. Dejemos paso a la convicción, y la seguridad
de que contamos con la protección de entidades superiores con las
que nos unen lazos vibratorios, y entre quienes se cuentan los
hermanos guías extraterrestres , así como otros seres que siendo
espirituales nos librarán del acecho de entidades bajas astrales;
que siempre existen y pululan en esos planos, buscando introducirse
en el cuerpo de los encarnados. Pero el peligro real es nuestra
inseguridad, nuestro propio miedo .
Técnica en el Viaje Astral
Para
el desdoblamiento se requiere entre otras cosas una posición cómoda,
de preferencia acostado en la cama, o en el suelo sobre una frazada,
o sentado sobre un sofá con un buen espaldar y grandes descansa
brazos ; también una buena respiración y una profunda relajación,
alcanzadas previamente. Al cabo de una buena relajación iniciamos
nuestro trabajo con miras a abandonar lentamente y paso a paso,
nuestro cuerpo físico por un período corto de tiempo, procurando
antes que nada , perder el temor de dejar de sentirlo.
El
primer paso como dijimos para lograr el desdoblamiento consiste en
alcanzar con las respiraciones lentas y profundas una buena
relajación, dejando de percibir nuestro cuerpo. Luego, nos
imaginamos que somos como una esfera de luz flotando en el interior
del envase que es nuestro cuerpo, ubicándola exactamente en nuestro
plexo solar. Nos imaginamos a continuación que esa esferita de luz
sale como flotando por encima de nuestra cabeza , como si la cabeza
se estirara, pudiendo llegar a ver nuestro cuerpo desde cierta
altura. Después de un tiempo prudencial volvemos, descendiendo sobre
nuestra cabeza y situándonos nuevamente en el pecho, sintiéndonos
siempre esa esfera brillante.
Hacemos un nuevo intento concentrándonos como para
empezar a balancearnos cual si fuéramos un péndulo, de tal manera
que intentaremos salir por los lados del cuerpo o balanceándonos
hacia delante y atrás. Una vez fuera nos giraremos y procuraremos
ver nuestro cuerpo físico allí tendido donde se encuentra. Después
de un rato volveremos de la misma manera, ingresando por donde
salimos.
Otra
forma de salida siempre a partir del plexo solar es sentirnos
flotando dentro del cuerpo y empezando por girar a gran velocidad, de
tal manera que la fuerza centrífuga termina por sacarnos de nuestro
cuerpo. Quedamos flotando por encima del cuerpo y para regresar,
bastará con invertir el giro (fuerza centrípeta) o concentrarnos
en un dedo del pie o de la mano sintiéndolo, para que caigamos en el
cuerpo como una pluma al viento.
También
podemos intentar deslizarnos por los pies o caer hacia atrás por la
espalda como en una piscina. Y fuera del cuerpo nos giramos siempre
para vernos tal como somos y observar todo a nuestro alrededor para
poder hacer después confirmaciones. Para volver, simplemente bastará
desearlo.
Otra
forma es luego de la relajación imaginarse que nos levantamos
dejando nuestro cuerpo al lado. Recordamos entonces, todos los
detalles de la habitación y procuramos a continuación desplazarnos
hacia la puerta más cercana, la cual abriremos; de allí siempre en
la imaginación, recorreremos toda la casa (el lugar), abriendo y
cerrando las puertas detrás nuestro. Procuraremos salir afuera a
la calle observándolo todo. Luego regresaremos, volviendo por
nuestros pasos, hasta encontrarnos con nuestro cuerpo, en el cual
ingresaremos lentamente. Al haber completado este reconocimiento
mental del lugar, habremos adquirido la adecuada concentración y
orientación como para intentar el desdoblamiento en serio y
realmente pudiéndolo sentir y a la vez, haciéndonos sentir.
La
recomendación es que tenemos que focalizar nuestra atención en el
proceso de desprendernos, y no tenemos que preocuparnos en sentir el
cuerpo en el proceso de abandonarlo, o esto nos atraerá velozmente a
el.
Otra
paso sería, en caso no nos acomoden demasiado los anteriores, que
sin mover nuestro cuerpo tratemos de incorporarnos astralmente, como
sentándonos y girando para ver nuestro rostro, como si
estuviésemos frente a un espejo; luego levantarnos parándonos y
observando el cuerpo tendido en el suelo o sentado como lo hallamos
dejado.
Cuando
hemos escogido elevarnos por encima de la cabeza , procuraremos
mirar todo desde arriba, llegando a tocar el techo de la habitación
y recordando allí, que nuestro vehículo astral puede atravesarlo;
por lo cual podremos flotar y salir al exterior, procurando fijarnos
en algún hecho externo o circunstancia externa que después nos
lleve a una verificación de la veracidad de la experiencia.
Podremos por ejemplo: ir a nuestras respectivas casas o a las de
familiares y amigos, fijándonos en algo que posteriormente podamos
cotejar.
Una
vez que nos encontremos fuera de nosotros, y ya superamos la
sensación de temor, podremos avanzar fijándonos en todo cuanto hay
alrededor nuestro, pudiendo volar o atravesar puertas y paredes
porque el astral no está sujeto a las leyes de la física material.
Siempre es bueno pedir al principio de la práctica, una
protección especial a los guías extraterrestres o maestros de luz,
es muy probable que uno de ellos esté aguardando en astral para
orientarnos.
Las
distancias se cubren astralmente son a la velocidad del pensamiento
por lo que se puede realizar fácilmente viajes a otros planetas sin
necesidad de usar trajes espaciales; y hasta podremos conocer
recónditos lugares de nuestro planeta atravesando muros, rocas y
hasta montañas completas. El retorno igualmente lo realizaremos con
tranquilidad y sin apuro, procurando no olvidar los detalles de la
experiencia; y bastará simplemente con desear volver, procurando
concentrarnos en alguna parte de nuestro cuerpo, para que vayamos
entrando suavemente. Para poder viajar a otros mundos es necesario
tener mucha vitalidad y esto se consigue con respiraciones lentas y
profundas , así como una alimentación natural y una vida sana.
La
práctica del viaje astral se dirige como una relajación normal y
cuando llegamos al momento en que ha de iniciarse la salida, hemos
de sugerir que empiece el proceso de desprendimiento sin temor y con
confianza. Sugerimos entonces los diversos sistemas que ahora ya
conocemos, dando un margen de unos quince a veinte minutos de
experiencia antes de iniciar el retorno, el cual se dirige como
trayéndolos de una meditación profunda.
LOS SUEÑOS
Como
dijimos: todos los sueños son viajes astrales, pero no todos los
viajes astrales son sueños, ya que pueden realizarse éstos sin
necesidad de estar dormidos, por ejemplo, a través de los pasos de
la meditación.
Recordar
los sueños es síntoma de avance en el despertar de la conciencia,
aunque no en todos los casos; y lo más importante es la capacidad
de interpretación de los mismos. Los sueños vienen a ser mensajes
que afloran del subconsciente o del inconsciente, tratándonos de
enseñar, recordar o advertir algo; es una forma que tiene el maestro
interno (el real ser) de comunicarse con nosotros a través del
lenguaje simbólico, por ello, podemos distinguir varias clases de
sueño y entre ellos están:
a)
Sueños simbólicos: los mismos que contienen imágenes a ser
interpretadas por muy extrañas y descabelladas que parezcan, y a
través de los cuales nuestro Maestro Interno está buscando dialogar
con nosotros .
b)
Sueños precognitorios y premonitorios: los cuales son generalmente
avisos sobre eventos futuros como mecanismo de protección, o
adelantos y señales para que sepamos que nuestra vida está
siguiendo una programación , que en cualquier momento puede variar
con el ejercicio de nuestra voluntad.
c)
Sueños experimentales: que suelen ser verdaderas experiencias en el
astral donde recibimos una instrucción y capacitación, o aparecemos
nosotros dándola.
d)
Sueños recordatorios: donde llegan a aflorar imágenes de vidas
pasadas o de momentos significativos de nuestra experiencia y
existencia actual.
e)Sueños
de imaginación: donde la mente se limpia de todas las impresiones,
temores, angustias, ideas obsesivas y preocupaciones que la persona
arrastra consigo.
Muchas
veces los sueños aparecen mezclados, y un mismo sueño puede ser en
parte real, simbólico, premonitorio, recuerdo de vidas pasadas y
hasta imaginación. Durante la noche nosotros no tenemos un sueño
sino varios , que se mezclan a la hora de despertarnos. Debemos
aprender a separarlos e interpretarlos con el uso de la intuición,
imaginación e inteligencia para reconocer que es cada cosa.
El
principal problema que se nos presenta en los viajes astrales , es el
olvido instantáneo de los sueños; para lo cual se recomienda que
debajo de la almohada o en una mesita al lado de la cama, dejemos un
cuaderno y un lápiz para anotar lo que recordemos en el momento en
que lo recordemos. Y esto porque cuando abandonamos nuestro cuerpo
en el sueño, durante la noche, lo hacemos como un vaso de agua
turbia, que al quedar en reposo, todo lo turbio se asienta en el
fondo. Al retornar al cuerpo después de la experiencia, de acuerdo
a nuestra evolución, el reingreso al cuerpo puede llegar a ser más
o menos aparatoso, por lo que el vaso se agita y se confunde la
experiencia mezclándose con los afloramientos del subconsciente,
haciéndonos olvidar lo vivido.
PRACTICA PARA RECORDAR LOS SUEÑOS
Lo
primero que se recomienda para empezar a recordar los sueños es
acostarse temprano. Una persona cansada, agotada y tensa, con
déficit de descanso, difícilmente podrá recordar sus sueños; por
ello se requiere compensar esos déficit, durmiendo más temprano ,
dándonos tiempo para relajarnos en la cama y luego llegar a hacer un
hábito el acostarse temprano para levantarse temprano, así
estaremos en armonía con el Sol y la Luna, devolviéndonos la salud
y la armonía interna..
Al
acostarnos temprano tenemos tiempo como para relajar el cuerpo y
realizar una breve meditación, lo cual nos induce al mundo astral en
una buena vibración y actitud mental.
Se
aconseja acostarnos horizontalmente en la cama sin almohada para
empezar la programación. Pondremos entonces las yemas de los dedos
de las manos sobre nuestro pecho debajo del esternón, y ligeramente
por encima del ombligo. Los brazos flexionados permanecen a los lados
del cuerpo, talones juntos o rozándose. Entonces tomaremos
respiraciones muy profundas por la nariz, y con el vientre; con la
boca ligeramente cerrada, produciéndose una respiración silenciosa
que procura llenar al máximo la capacidad de los pulmones. Haremos
cinco respiraciones utilizando el diafragma como si fuese un fuelle,
realizando triángulos perfectos: inhalando lo más lentamente
posible, reteniendo el mismo tiempo que inhalamos, y exhalando el
mismo tiempo que retuvimos. Mientras efectuemos este proceso, nos
iremos repitiendo mentalmente frases como: “Voy a recordar mis
sueño( al inhalar)...Sabré que estoy soñando( al retener)...Y seré
guiado o asistido por seres de luz (al exhalar) ”.
Al
término de las respiraciones profundas podremos emplear la almohada
si queremos, y nos acostaremos sobre el lado derecho en la llamada
posición del León, esto es la pierna y el brazo derecho
estirados, mientras que el brazo izquierdo y la pierna izquierda
permanecen flexionados. El mentón se apoyará sobre el hombro.
Toda esta posición facilita el desdoblamiento y la respiración, no
oprimiendo el corazón. Se recomienda asumir esta postura después
de haber realizado nuestras muy personales, acostumbradas y
folclóricas evoluciones en la cama.
Una
parte importante en el proceso de recordar los sueños es el que al
despertarse por la mañana , no abrir de inmediato los ojos , ni
moverse siquiera, sino que por el contrario, permanecer quietos por
un rato y con los ojos cerrados, haciendo de inmediato y allí mismo,
memoria de la experiencia astral. Esto lo hacemos así porque si
nos moviéramos, agitando nuestros vehículos sutiles, confundiríamos
la memoria astral con la consciente. También ocurre que si
abrimos los ojos al despertar, dirigimos la atención interna hacia
lo externo, perdiendo de inmediato la memoria astral, distrayéndonos
y olvidando automáticamente lo vivenciado.
La
memoria astral al ingresar al consciente se hace muy frágil, porque
hay mecanismos llamados "velos astrales", que impiden los
recuerdos y la conciencia astral para quien aún no está preparado.
Debemos
pues, con los ojos cerrados y con un mínimo movimiento que sería el
que nos demandaría estirar el brazo para alcanzarnos un cuaderno y
un lápiz, disponernos para tomar nota de la experiencia astral que
previamente procuraremos recordar al detalle y en el momento. Al
dejarla anotada, podremos seguir durmiendo sin temor a olvidar, ya
que al despertar definitivamente, lo escrito nos servirá como clave
de memoria.
Hay
ocasiones en que uno sueña que sueña, y esto ocurre cuando uno
recuerda un sueño dentro de otro. También hay casos en que uno se
despierta y no puede mover el cuerpo, quedándose como paralizado.
Esto ocurre cuando nos falla la puntería y nos despertamos antes de
haber reingresado en el cuerpo quedándonos por encima de él. En ese
caso se recomienda el concentrar la atención en alguna parte del
cuerpo y tratar de sentirla, para poder reingresar. No hay
posibilidad alguna de que nos quedemos fuera.
A
nivel astral es posible que uno llegue a relacionarse con espíritus
afines a quienes jamás ha conocido físicamente, estableciéndose
con ellos una conexión intensa, y cuando se llegue a encontrar con
esas personas físicamente sentirá conocerlas de siempre.
Las
pesadillas son muchas veces experiencias en el bajo astral con
entidades bajas. Llegamos a estas experiencias cuando estamos
atravesando una etapa de mucha densidad vibracional en nuestra vida,
no solo por una mala digestión.
A
nivel astral uno puede llegar a tener contacto directo con los
extraterrestres y hasta subir al interior de sus naves, como una
forma de preparación para experiencias físicas posteriores.
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