Para usar la ley de Creación, y para orientar adecuadamente la ley de Atracción, debemos saber usar previamente la ley del Decreto o de la Palabra Creadora, que es una técnica extraordinaria que combina el poder de la vibración del sonido con el ejercicio creador. La idea es alinear la frecuencia del sonido con la del pensamiento para que este se materialice, pidiendo con convicción.
Los mitos del origen de la vida en todos los pueblos hablan de un sonido primordial, de una primera palabra con la que empezó todo, con la que se inició la creación. Elijamos adecuadamente con qué palabra queremos empezar nuestra propia creación : “Hágase la luz”, Fe, Amor, Abundancia, Prosperidad, Reconciliación, Perdón, Comprensión, Paz, etc.
Debemos siempre decretar en positivo cuanto queremos, necesitamos y sabemos que debe materializarse a nuestro alrededor, pero hacerlo con fe y convicción, entonces crearemos y atraeremos hacia nosotros todo lo mejor y más positivo. Y viceversa también, decretaremos con fe y resolución la desaparición o transmutación de todo lo malo, y lo negativo en nuestras vidas.
De ahora en adelante, sólo hablaremos en positivo, viendo el lado bueno de las cosas, y para ello, pensaremos en positivo, retirando de nosotros la crítica y el comentario agresivo y negativo. La idea es tratar una y otra vez de ser constructivos no contaminando a nuestro alrededor con pensamientos o con palabras negativas, hasta lograrlo definitivamente. Dependiendo de nuestra resolución y permanente autobservación estaremos con ello creando el plazo para que todo esto se cumpla. Recordemos que el poder del sonido y de la intención fue capaz de derribar las murallas de Jaricó, así también en nuestra vida podemos derribar murallas y barreras aparentemente infranqueables.
Pero dejemos también espacio en nuestras vidas para la sorpresa. Cuando pidamos a la vida, pidamos lo mejor para nosotros y nuestro entorno, aunque muchas veces no lo tengamos muy claro, y abrámonos a observar cómo se mueven las cosas y qué es lo que llega hasta nosotros. Aprendamos a leer en los acontecimientos. Estemos seguros que siempre vendrá hacia nosotros lo mejor, aunque al principio nos cueste entenderlo así.
Los mitos del origen de la vida en todos los pueblos hablan de un sonido primordial, de una primera palabra con la que empezó todo, con la que se inició la creación. Elijamos adecuadamente con qué palabra queremos empezar nuestra propia creación : “Hágase la luz”, Fe, Amor, Abundancia, Prosperidad, Reconciliación, Perdón, Comprensión, Paz, etc.
Debemos siempre decretar en positivo cuanto queremos, necesitamos y sabemos que debe materializarse a nuestro alrededor, pero hacerlo con fe y convicción, entonces crearemos y atraeremos hacia nosotros todo lo mejor y más positivo. Y viceversa también, decretaremos con fe y resolución la desaparición o transmutación de todo lo malo, y lo negativo en nuestras vidas.
De ahora en adelante, sólo hablaremos en positivo, viendo el lado bueno de las cosas, y para ello, pensaremos en positivo, retirando de nosotros la crítica y el comentario agresivo y negativo. La idea es tratar una y otra vez de ser constructivos no contaminando a nuestro alrededor con pensamientos o con palabras negativas, hasta lograrlo definitivamente. Dependiendo de nuestra resolución y permanente autobservación estaremos con ello creando el plazo para que todo esto se cumpla. Recordemos que el poder del sonido y de la intención fue capaz de derribar las murallas de Jaricó, así también en nuestra vida podemos derribar murallas y barreras aparentemente infranqueables.
Pero dejemos también espacio en nuestras vidas para la sorpresa. Cuando pidamos a la vida, pidamos lo mejor para nosotros y nuestro entorno, aunque muchas veces no lo tengamos muy claro, y abrámonos a observar cómo se mueven las cosas y qué es lo que llega hasta nosotros. Aprendamos a leer en los acontecimientos. Estemos seguros que siempre vendrá hacia nosotros lo mejor, aunque al principio nos cueste entenderlo así.
Ejercicio práctico: La Palabra Creadora
Estamos completamente relajados, en perfecta paz y armonía. Mantendremos en todo momento la respiración lenta y profunda.
Aprovechando de éste estado profundo de relajación vamos a concentrar nuestra atención en el entrecejo. Visualizamos entonces que nos proyectamos a través del túnel mental girando en sentido antihorario en una profunda oscuridad, donde no hay ni arriba ni abajo; donde todo es silencio y vacío esperando ser llenado y creado.
Estamos en el momento previo a la creación. Vamos entonces a iniciar nuestra propia creación con una primera palabra, la que iniciará el universo de nuestras posibilidades . Concentrémonos en ella.¿Qué palabra hemos escogido? Hagámosla entonces resonar en nuestra creación y visualicemos qué es lo que ocurre a continuación.
Luego digamos una segunda palabra, y luego una tercera, y así hasta llegar a decir seis palabras lo suficientemente contundentes como para organizar nuestra creación. Y luego observemos el resultado final.
¿Con cuál palabra iniciaríamos todo, y con cual terminaríamos nuestra creación?
Poco a poco iremos regresando, para ello giraremos ahora en el sentido horario de tal manera que vamos a ir volviendo a través del túnel mental.
Todos al término de tres habremos vuelto y nos encontraremos en paz.
Tomamos una respiración lenta y profunda , y al exhalar visualizamos en nuestra mente el número 1, 2 y 3…
Estamos completamente relajados, en perfecta paz y armonía. Mantendremos en todo momento la respiración lenta y profunda.
Aprovechando de éste estado profundo de relajación vamos a concentrar nuestra atención en el entrecejo. Visualizamos entonces que nos proyectamos a través del túnel mental girando en sentido antihorario en una profunda oscuridad, donde no hay ni arriba ni abajo; donde todo es silencio y vacío esperando ser llenado y creado.
Estamos en el momento previo a la creación. Vamos entonces a iniciar nuestra propia creación con una primera palabra, la que iniciará el universo de nuestras posibilidades . Concentrémonos en ella.¿Qué palabra hemos escogido? Hagámosla entonces resonar en nuestra creación y visualicemos qué es lo que ocurre a continuación.
Luego digamos una segunda palabra, y luego una tercera, y así hasta llegar a decir seis palabras lo suficientemente contundentes como para organizar nuestra creación. Y luego observemos el resultado final.
¿Con cuál palabra iniciaríamos todo, y con cual terminaríamos nuestra creación?
Poco a poco iremos regresando, para ello giraremos ahora en el sentido horario de tal manera que vamos a ir volviendo a través del túnel mental.
Todos al término de tres habremos vuelto y nos encontraremos en paz.
Tomamos una respiración lenta y profunda , y al exhalar visualizamos en nuestra mente el número 1, 2 y 3…
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