Para una única acción existen miles de intenciones, para un verdadero Sol en la Tierra siempre es la mejor. Nunca nos quedemos con la acción vayamos a la intención para estar precavídos. 💎💎💎💎💎💎💎

jueves, 9 de abril de 2015

Destino- Sixto Paz

















                           DESTINO  

“Tenemos la sensación, quizá sólo subconcientemente,
 de que cualquier forma de contacto con la muerte,
 por muy indirecta que sea,
 nos enfrenta con la perspectiva de la nuestra”...
 (Raymond Moody)

¿Realmente tenemos un Destino?
En la vorágine de acontecimientos que se dan en nuestra vida y alrededor de ella, hay veces que percibimos sutilmente  la existencia de un Plan que lo tiene todo previsto. Y sin embargo, en otras ocasiones, pareciera que estamos sometidos a las inclemencias de la casualidad; a la acción desordenada de fuerzas que juegan con nosotros como un humilde pedazo de madera arrastrado por las poderosas corrientes de un río caudaloso contra el cual no podemos oponernos.
Sin embargo, si uno esta atento a esa multitud de circunstancias y hechos sincrónicos que siguen ciertos patrones inteligentes, ajenos a nuestra voluntad, uno ciertamente llega a percatarse de que hay un destino, una programación o acuerdo previo antes de nacer, en el que se nos comprometió o nos comprometimos voluntariamente  a hacer tal o cual cosa en la vida material; a lograr tal o cual objetivo o meta. O por lo menos a  intentarlo.
¿A qué se le llama Karma?
Aquello que se llama Karma en la Tierra no es otra cosa que el proceso de aprendizaje o curricula por la cual están sujetos a un destino todas las personas. No es sinónimo de castigo sino de aprendizaje.
Volviendo a los ejemplos basados en el proceso cotidiano, imaginémonos un alumno de una universidad que durante el presente período debe llevar determinados cursos, para estudiarlos y aprenderlos durante el  semestre. Todo eso constituye simbólicamente hablando: el destino de la presente encarnación. Pero  a pesar de que sus procesos pretenden ser ordenadamente fijos, es fácil observar que no siempre se cumplen los plazos establecidos  y que las variaciones pueden deberse a muchas circunstancias a veces generadas por el individuo u otras ajenas a su voluntad, pudiendo terminar antes o después, o simplemente no alcanzar las metas.
La aprobación o no de cada materia constituye el “karma”. Lo no aprobado habrá que repetirse hasta superarlo; mientras que lo ya aprendido lo encamina a uno hacia materias más complejas y profundas. De ninguna manera karma significa solo endeudamiento, sino repetir para corregir y aprender, en el juego de  oportunidades para crecer en conciencia, muchas veces a través del sufrimiento.
¿Quiénes se encargan de imponernos el Plan de Aprendizaje o Karma?
Son aquellos que se encargan de organizar y aplicar el karma, que conocemos como  los “Señores del Karma” ó “Guardianes del Destino”, con quienes propiamente se negocia lo que va ha ser cada encarnación.
¿Cuál es el propósito del programa kármico individual y colectivo?
Todo cuanto se le asigna al individuo o se permite que le ocurra, está dispuesto para ayudarlo en su superación. Precisamente dependiendo de cómo enfrente la vida y las dificultades, ó como haga uso de las  facilidades que se le presenten dependerá su avance  y crecimiento espiritual.
Como el tiempo realmente no existe y mas bien está sujeto a formas mentales, dependiendo de la dimensión que se maneja y esto obedeciendo a estados vibratorios , los Guardianes del Destino generalmente toman como  base para establecer el tiempo de vida de alguien , el  espacio de vida temporal  necesarios para que transcurran y se den  las circunstancias adecuadas como para que  dicha persona  pueda crear a su alrededor la ambientación  propicia  para conocerse a sí  misma y superarse . Si la persona no se da ella misma   la  oportunidad, y mas bien la desaprovecha, tendrá que volver una y otra vez bajo circunstancias similares, pero quizás cada vez tenga menos tiempo para lograr lo mismo; o se le exija más en períodos más cortos.
¿De qué depende el valor de una vida?  
No depende de la cantidad de años el valor de una existencia, sino de la calidad y riqueza de dicha vida. La existencia es tanto más valiosa y trascendente, cuanto más útil sea para los demás.
Todo en la vida es dual, y depende cómo uno lo enfrente para que se oriente hacia lo constructivo o lo destructivo. Todo en la vida es una cuestión de actitud.  Lo que para una  persona pueden ser grandes trabas y limitaciones, para otro puede ser  un reto o una gran  oportunidad parta desarrollar sus capacidades.
Si bien es cierto que todo depende de la actitud frente a las cosas, no podemos negar algo que es un hecho en el universo y es la  existencia de  leyes universales, y entre ellas está  la ley de Causa y Efecto, que nos enseña que por cada acto, palabra  o pensamiento positivo o negativo generamos una reacción alrededor nuestro, que en su momento se manifestará como consecuencia. Esto es lo mismo que decir:” uno cosecha lo que siembra, tanto en ésta como en las demás existencias”... Por eso en las escrituras sagradas se nos dice: “Has con otros como quisieras que hicieran contigo, y no hagas a otros lo que no  quieras que te hagan a ti”.
Volviendo a la analogía de la escuela, hay ocasiones que en determinado curso coincidimos  en el mismo salón de clases con determinados alumnos como compañeros o compañeras, y con tal o cual profesor. Eso no es producto de la casualidad. Se puede explicar de muchas formas, como por ejemplo: que ingresaron  en la misma época a esa casa de estudios; o que comparten afinidad de intereses; o que están siguiendo la misma carrera para realizar lo mismo en la vida, etc.
Así como  el karma debe entenderse como un proceso de aprendizaje, así también la enseñanza nos dice que no existe posibilidad de crecer internamente   sino es a través de los demás.
Cada persona a nuestro alrededor, tanto más cercana o más lejana es como un maestro para nosotros, tanto de lo bueno como de lo malo. Debemos estar atentos para extraer la mejor enseñanza de nuestras relaciones humanas.
 Debemos de estar abiertos a aprender de todo y de todos, pero sin que esto signifique darle oportunidad a los demás como para que nos hagan daño. Nuestros parientes no están a nuestro alrededor para perjudicarnos o para hacernos la vida imposible, sino para fortalecernos y a la vez  para crecer juntos; superándonos cada día. Nadie está a nuestro lado para estorbarlos sino para que aprendamos a amar mutuamente.
Cuanto más tratemos de huir de ciertas responsabilidades más veces volveremos a ellas. Nada ha sido dejado al azar, por algo estamos donde estamos; en el lugar y con las personas con las  que convivimos. Tratemos de aprovechar esa oportunidad descubriendo el por qué de todo ello; y haciendo lo que se espera de nosotros. Porque nada es para siempre, y cada situación es una oportunidad de crecimiento que no debe ser desaprovechada.
Y cabe la pregunta en este momento sobre ¿qué es lo que ocurre con el  karma planetario por la matanza indiscriminada de animales que está llevando a la extinción a muchos de ellos?.
Hay especies animales que el egoísmo y la necedad han hecho desaparecer de la faz de la tierra, pero ello no significa que se hayan extinguido para siempre por cuanto, muchas se encontrarían preservadas fuera de la Tierra, con la presencia de las naves extraterrestres y serán repuestas en su momento, cuando el panorama de la tierra sea otro y haya no solo una nueva faz, sino un solo corazón .Además, los adelantos en genética pronto podrán recuperar lo perdido si hay voluntad para ello.
Es cierto que mucha sangre ha sido volcada sobre el planeta y por ello, seguirán ocurriendo muchas desgracias como guerras, catástrofes y accidentes que buscan compensar aquellas situaciones, y también pretenden enseñarle a la humanidad cuales son la consecuencias  de su desacertada actitud.
Todo está sujeto a un destino, a un plan de vida. Nada está dejado al azar. Pero como dijimos,  no es algo inamovible, por el contrario puede ser modificado sobre la base de una  fuerza de voluntad firme y mediante  una  conciencia despierta.
Somos la consecuencia de nuestra vidas pasadas, sujetos a un largo proceso de aprendizaje y crecimiento evolutivo.
El destino  es el programa de actividades existenciales previstas para el desarrollo y avance evolutivo del ser. Existe para nuestro beneficio y no para  perjuicio de nadie.
La intención del destino no es otra que la de  hacer que todos  tengan  un mismo punto inicial de partida, y que puedan alcanzar una trascendencia futura  basándose en el esfuerzo individual, y al ritmo que cada uno aplique.
Quienes como dijimos se encargan de establecerlo y hacerlo cumplir son los llamados “Guardianes del Destino” (Señores del Karma). Ellos al igual que el director de un colegio, tienen elaborado el programa de cursos (un sistema  curricular) y actividades a desarrollarse según el grado escolar de cada cual.
Cuanto mayor sea nuestra edad evolutiva, que es lo mismo que decir a mayor madurez y consciencia a lo largo de las distintas existencias, tanto mayor margen como para escoger las condiciones de cada nuevo nacimiento y de lo que será cada existencia.
Pertenecemos  a un universo material de siete dimensiones, y más allá, en una octava superior - como en la música -, existe un universo paralelo que ya no es material sino mental, y que los seres que proceden de allí, ya no son extraterrestres sino ultraterrestres. Ellos son los Padres Creadores del Universo Material, y es de esa esfera “de lo mental”, que proceden los “Señores del Destino” a cargo del proceso de avance y crecimiento de las consciencias.
Cabe a estas alturas la pregunta ¿puede una persona de la Tierra reencarnar en otro planeta? Claro que sí...Cuando uno evoluciona más allá del nivel promedio evolutivo del planeta puede optar entre seguir en el mundo o reencarnar en planetas superiores. Pero no antes de haber hecho lo que teníamos que hacer aquí. Recordemos:”uno debe estar donde pueda cumplir su misión”. Y si nos ha tocado evolucionar en la Tierra debemos hallar  ese propósito y cumplirlo.
¿Y podría reencarnar un extraterrestre en la Tierra? La Tierra es un planeta de una categoría muy especial  dentro de los mundos; y en éste momento por condiciones muy particulares que la hacen encontrarse al final de un ciclo cósmico y al inicio de otro, su situación es  como la de una escuela que al final del año escolar se prepara para dar la oportunidad  para que todos sus alumnos y muchos otros venidos de escuelas cercanas particulares, religiosas y estatales puedan dar el examen de fin de año. Cada cual para el grado que le corresponde.
Nuestro mundo está entrando en un proceso de redimensionamiento, lo cual supone una elevación vibracional que le permitirá  ingresar en un tránsito hacia la cuarta dimensión.
 Por tanto, los que alcancen el nivel evolutivo adecuado para el  proceso seguirán en la Tierra pero ahora bajo condiciones distintas o reencarnarán en planetas más evolucionados. Los que no logren el nivel requerido, tendrán que encarnar en planetas como la Tierra pero antes  de la gran depuración, y deberán esperar un nuevo ciclo cósmico.
 Como decíamos antes, el destino establece el período de duración del proceso por el cual el individuo puede realizar el  aprendizaje relativo a la presente existencia. Esto no quiere decir que la persona no pueda morir antes de esa fecha o después de esa fecha, porque el destino reiteramos puede variar sobre la marcha. Por ejemplo: si al final de una vida de realizaciones personales al servicio de otros como puede ser también su propia familia , la persona no había acabado con la  misión asignada, pero estaba a punto de lograrlo, se le puede dar una ampliación de plazo, o otorgarle una existencia bajo condiciones muy similares, para culminar lo comenzado. En el primer caso, la persona viviría lo que se ha denominado:”Una experiencia de Vida después de la Vida”.
Con respecto a la cantidad de años que uno vivirá , esto es muy relativo porque bien sabemos que no depende de la cantidad sino de la calidad en la vida para hacer más o mejores cosas por uno y por los demás, lo que puede extenderse o reducir el período de aprendizaje.
En cuanto al tiempo que uno se  demora  para encarnar entre una existencia y otra, esta se mide mas o menos, por  la misma cantidad de años que vivió; o  sino hasta por  un margen de doscientos años entre una vida y otra. Aunque en la actualidad por la sobrepoblación mundial y los requerimientos evolutivos planetarios, mucha gente se demora muy poco tiempo para volver volviendo algunos a encarnar al año de haberse ido.
Supongamos un ejemplo: un joven se suicidó a los veinte años por una fuerte depresión, pero él iba a vivir según su destino cincuenta años. Ese era el tiempo asignado como para que su vida incluyera ciertos viajes y experiencias de compartir con mucha gente; pero todo ello se frustró. Esa persona tendrá que aguardar los treinta años que le faltó vivir en una dimensión frontera con el mundo físico, que es el llamado:”El Bajo Astral”.Y cuando vuelva a encarnar, vivirá sólo los treinta años que tenía pendientes.
Eso explicaría el por qué hay gente que muere al rato de haber nacido o al año, o de forma súbita. Hay gente que se suicida lentamente a través del alcohol, las drogas, el tabaco, y el consumo de todo tipo de estimulantes. Esa gente puede estar falleciendo un año, un mes o un día antes de la fecha prevista inicialmente; y ese sería el pendiente  que tendría que vivir después, ósea la diferencia restante.

 Pero  a pesar de que  el proceso de evolución es personal e intransferible, todo lo que  les ocurre a las personas que están a nuestro alrededor nos  afecta  en mayor o menor medida a todos, porque el ser humano evoluciona interactuando con los demás. No hay evolución aislada. Y están dispuestas las cosas como para que no sólo evolucionemos en función de cómo enfrentamos las circunstancias que nos afectan directamente, sino que también las que lo hagan  indirectamente, a través de los más cercanos a  nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario